• El portavoz adjunto de Talibán, Enamolá Samangani (centro), en una reunión laboral en Kabul, capital de Afganistán.
Publicada: martes, 15 de febrero de 2022 6:07
Actualizada: domingo, 28 de agosto de 2022 13:34

Talibán asevera que Afganistán reconsiderará su política hacia EE.UU. si no revoca la decisión de apoderarse de los fondos afganos retenidos en el exterior.

El viernes, Washington anunció que Estados Unidos haría uso de 7000 millones de dólares de los fondos de Afganistán depositados en instituciones financieras estadounidenses, entre otros destinos, para indemnizar a familiares de víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que llevaron posteriormente al país norteamericano a invadir el centroasiático.

La medida provocó una airada respuesta de los líderes talibanes, que calificaron la incautación como un “robo” y una señal de la “decadencia moral” de Estados Unidos. Al respecto, el portavoz adjunto del grupo, Enamolá Samangani, denunció el lunes que los ataques del 11 de septiembre no tuvieron nada que ver con Afganistán.

Reiteró que cualquier apropiación indebida de la propiedad del pueblo afgano con el pretexto de este incidente es una clara violación del acuerdo alcanzado con el Emirato Islámico de Afganistán, el autodenominado sistema político Talibán.

Si Estados Unidos no se desvía de su posición y continúa con sus acciones de provocación, el Emirato Islámico también se verá obligado a reconsiderar su política hacia el paísnorteamericano, dejó claro el vocero.

 

El Gobierno estadounidense, ahora con Joe Biden al frente, decidió que los 7000 millones de dólares de fondos afganos, que fueron retenidos en bancos estadounidenses tras la salida de sus tropas de Afganistán, quedaran fuera del alcance de Talibán quien, una vez que EE.UU. salió del país asiático, tomó el poder en cuestión de días.

La Administración Biden ya ha anunciado que el 50 % de los fondos, es decir, 3500 millones de dólares serán asignados a víctimas y familiares de las víctimas fatales de los atentados del 11-S, en los que, como reconoce la congresista demócrata estadounidense, Ilhan Omar, no participó ni un solo ciudadano afgano. 

Los otros 3500 millones, según Biden, serán asignados a manera de ayudas humanitarias al pueblo afgano, es decir, limosnas para los afganos provenientes de su propio dinero, a la manera en la que se le antoje a EE.UU. quien, ahora, luego de irse “silenciosamente” de Afganistán, luego de dejarla destruida, ahora quiere seguir ahogando a su pueblo a la distancia.

El expresidente de Afganistán, Hamid Karzai, tachó el domingo de “atrocidad” contra el pueblo afgano, la decisión de Estados Unidos de descongelar sus activos. Por su parte, el Banco Central de Afganistán tildó la medida de la Casa Blanca de “injusta” y “robo”. En las calles, también los afganos expresan su rechazo e indignación a lo anunciado por Washington. 

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